segunda-feira, 7 de novembro de 2011



Soneto LXXIX

De noche, amada, amarra tu corazón al mío
y que ellos en el sueño derroten las tinieblas
como un doble tambor combatiendo en el bosque
contra el espeso muro de las hojas mojadas.

Nocturna travesía, brasa negra del sueño
interceptando el hilo de las uvas terrestres
con la puntualidad de un tren descabellado
que sombra y piedras frías sin cesar arrastrara.

Por eso, amor, amárrame el movimiento puro,
a la tenacidad que en tu pecho golpea
con las alas de un cisne sumergido,

para que a las preguntas estrelladas del cielo
responda nuestro sueño con una sola llave,
con una sola puerta cerrada por la sombra.

Pablo Neruda

Um comentário:

  1. Querida amiga, preciosa poesía. Neruda ha hecho maravillas con las letras, y tu has sabido decorarlas con la dulzura de tu arte.
    Tu eres de capaz de ver una luz en la noche sin mirar al cielo, tu haces la luz en las tinieblas, tu rompes con tu sonrisa, el triste recuerdo de la muerte.
    Querida amiga, un abrazo muy fuerte desde Las Islas Canarias, donde el fuego brota dentro del mar, en la Isla del Hierro.
    Jecego.

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