Amor! (¡Amor!)
Oh, eterno amor, que en tu inmortal carrera
das a los seres vida y movimiento,
con qué entusiasta admiración te siento,
aunque invisible, palpitar doquiera!
Esclava tuya, la creación entera
se estremece y anima con tu aliento;
y es tu grandeza tal, que el pensamiento
te proclamara Dios si Dios no hubiera.
Los impalpables átomos combinas
con tu soplo magnético y fecundo:
tú creas, tú transformas, tú iluminas;
y en el cielo infinito, en el profundo
mar, en la tierra atónita dominas,
¡amor, eterno amor, alma del mundo!
Gaspar Núñez de Arce
Lindo poema. Gracias por compartir.
ResponderExcluirUn abrazo. Jecego,
Olá Jacque, belo poema...Espectacular....
ResponderExcluirCumprimentos