Soneto LII
Cantas y a sol y a cielo con tu canto
tu voz desgrana el cereal del día,
hablan los pinos con su lengua verde:
trinan todas las aves del invierno.
El mar llena sus sótanos de pasos,
de campanas, cadenas y gemidos,
tintinean metales y utensilios,
suenan las ruedas de la caravana.
Pero sólo tu voz escucho y sube
tu voz con vuelo y precisión de flecha,
baja tu voz con gravedad de lluvia,
tu voz esparce altísimas espadas,
vuelve tu voz cargada de violetas
y luego me acompaña por el cielo.
Pablo Neruda
Amiga Jacqueline;
ResponderExcluirseguro que cuando Neruda
escribió ese poema,
estaba pensando en ti.
De no ser así
no habría poder describir
tanta belleza.
Un abrazo amiga, gracias por compartir.
Jecego.
O Isidro disse o que eu gostaria de dizer.
ResponderExcluirO poema é lindo e a escolha é de muito bom gosto, deixa transparecer toda a sensibilidade de quem o publica.